lunes, 16 de noviembre de 2015

La transformación...

De repente un día volteé y no reconocí mis acciones, mi vida y mi presente... pedí a la vida otra, otra, otra y otra oportunidad y todas me las dio. Siempre puede haber un nuevo comienzo lleno de oportunidades.

Un día descubrí que dentro y fuera de mí hay un mundo de posibilidades; que se puede decir no, también no quiero y por supuesto que se vale un me voy.  Pero también no me hizo débil un si, un yo quiero, un me quedo... me haces falta.

Hoy no tengo menos miedo que antes, sigo cometiendo los mismos errores, la diferencia es que ahora sé cuando los cometo y busco como no volverlo hacer, yo hago lo que sea, yo hago que suceda.

En cada persona que me rodea reconozco y soy sensible ante su dolor, sus vivencias y las penas que carga, me siento empática con las miradas y el espacio que todos compatimos: la tierra es de todos.

La transformación me ayudó a resistir para no herir, a callar para no insultar, pero que también todo tiene un límite, y que siempre las cosas se pueden solucionar sin lastimar ni pisotear, mi visión de la vida romántica es un ganar ganar.

También me abrió los ojos: no tengo la razón en nada y nadie la tiene, sólo son puntos de vista que debemos aprender a respetar... si esto es un duro golpe para el ego.

Mi verdad ahora es que quiero vivir la vida y no sólo dejarla pasar... quién quiera estar me hará feliz, quién no, me causará una pena que lograré superar.

@illageisel