lunes, 25 de octubre de 2010

El día que cambié mi cuadernillo por la aplicación notas de mi teléfono

“Twitter es como una enorme plaza pública global, donde se puede saludar, conversar con gente, aprender, pasear simplemente” MiguelCarbonell

Haciéndola de detective

¿Necesitamos que nos escuchen? ¿En dónde quedaron aquellas frases ingeniosas, declaraciones de sentimientos y fotografías chuscas que no se podían compartir porque no existían las redes sociales y toda su bola de aplicaciones?

Es ese cierto extraño placer de algunos por saber y de otros por que sepamos lo que pasa a cada momento en nuestras vidas, a través de fotografías o de la descripción de lo que en el momento vivimos y sentimos, lo que ha hecho tan exitosas a las redes sociales y que nos han hecho unos detectives (metiches) de la ahora vida no-privada de los demás.

Yo, a través de éstas letras puedo decir que puedo estar en las dos partes, algunas veces sólo observando y con cierta pena de escribir, ¿qué escribir, todos mis contactos lo leerán?, muchas experiencias de vida, frases creativas, chistes ingeniosos, datos útiles, mensajes que parecen personales y de repente muchos testigos y sintiendo pena ajena por las publicaciones de algunos y admiración por las puntadas de muchos otros.

La vanidad humana en todo su esplendor, de los celulares o cámaras digitales obtenemos nuestro mejor retrato, evita etiquetar aquellas donde el ángulo no nos ayuda.

Ahhh por cierto!!!!!, gracias por recordarme los cumpleaños, y gracias por acordarles del mío.

El día que me di cuenta que las redes sociales me había hechizado fue el momento en el que me atreví a poner mi estado de ánimo públicamente en feisbuk, y debo decir que aunque sentí extraño, agradecí los comentarios de aliento que mis contactos (en realidad mis amigos) escribieron y a partir de ese momento noooo he vuelto a escribir algo tan mío, sé que mi personalidad no me lo permitirá hacer muchas veces más. Pero no niego la curiosidad y hasta placer al mirar las fotos de los demás, estados de ánimo y respuestas de los contactos, ya sea de gente allegada o de aquellos que hace años dejé de ver.

Debo decir que no estoy preparada para los excesos que algunos escriben, me puede causar molestia saber detalles como si estoy comiendo, con quien, si me cortan el cabello, si mi peine tiene muchos cabellos, si a mi cepillo de dientes se le aplastaron las cerdas, etc. (si no es chusco, tiene una anécdota, o aporta una idea interesante casi me podría molestar). Esos comentarios eran para el diario que celosamente algunos guardábamos con acceso restringido a una sólo persona: yo.

Lo importante es hacer cosas importantes

El día que me di cuenta que cambié mi cuadernillo de papel por la aplicación notas de mi teléfono, acepté que estaba conectando mi vida a la de un teléfono multitareas, todo gira alrededor de ese confidente electrónico que guarda notas importantísimas y otras aunque no tanto, son la magia de los pensamientos que en instantes necesito guardar y que a veces se iban por no tener al alcance mi cuadernillo de notas o una simple servilleta o de menos una pluma, es el dato que necesito cada día y la alarma que me recuerda cosas importantes.

Toda la organización de fechas y eventos que mi cabeza no podía lograr, la aplicación de calendario lo pudo hacer, he olvidado, llaves, dinero, el súeter, documentos importantes pero el teléfono nunca.

Algunos hablan, otros aportan a los que hablan, unos más son testigos callados pero esta es la era de la dependencia electrónica.