viernes, 9 de abril de 2010

A la vida como de un bonggie

Todos tomamos decisiones que implican riesgos o son un cambio importante en nuestras vidas, otras cotidianas sin importancia, basadas en lo que queremos, como helado de vainilla en lugar de fresa, me pongo falda o pantalón, tomo esta ruta o esta otra.

Hay otras que se toman por necesidad: "eso que voy a decidir me causará problemas irremediables en un futuro o podría perjudicar a terceras personas".

Pero tomar decisiones de cualquier índole es inevitable en nuestras vidas.

Yo prefiero aventarme a la vida como de un bonggie, aunque sé que algunas decisiones merecieron o deben tomarse con más conciencia, como cambiarme de trabajo, dejar en el pasado a alguien, desnudar mis sentimientos de frente, tomar un autobús, levantarme y salir a la calle sin rumbo... y nunca me he arrepentido, es más, éso es lo que le ha dado sentido a mi vida.

Elección, valentía, voluntad, libertad, todo eso puede ser, a veces es bueno “aventarme como el borras”, tomar riesgos así, sólo porque quiero, es vivir en libertad, hoy metafóricamente me aventé a la alberca de un brinco y se me fue el aliento, así sin pensar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario